Básico
- Alejandro Regalado Marrero

- 2 mar 2021
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La dieta juega un papel importante en el desarrollo y evolución de la enfermedad. Los hábitos alimentarios están siendo objeto de debate en los últimos años por su potencial contribución en el proceso inflamatorio. Una dieta saludable, variable y equilibrada aporta al organismo los nutrientes suficientes para su correcto funcionamiento.
Come abundantes verduras, hortalizas frescas, fruta de temporada y legumbres junto con pescado fresco. Evita al máximo consumir productos que contengan grasas saturadas y azúcares, tales como la bollería industrial, comidas precocinadas o zumos envasados.
En los últimos estudios publicados se ha visto que determinadas colonias bacterianas de la flora intestinal pueden tener efectos sobre la inmunidad. Ciertos alimentos como el miso, el té Kombucha, las microalgas, el yogurt y el chocolate negro podrían contribuir al buen estado de la flora intestinal.





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